Hola lector!

Una sonrisa tuya es un libro que llevo algún tiempo escribiendo, y me pareció una buena idea compartirlo para con quisiera pasar un buen rato leyéndolo.
Es una comedia romántica de la que actualmente tengo 19 capítulos escritos y que va increscendo.

Si estas leyendo esto, esque ya diste un paso entrando en mi blog y por ello te doy las gracias. Así como animarte a seguir leyendo.

Espero que disfruteis tanto leyendo como yo lo hago pensando y escribiendo la historia de Marta.

Se agradecen los comentarios!! y recomendaciones para seguir escribiendo jeje

12 de octubre de 2011

Capítulo 10

De vuelta a la realidad, Marta decide regresar a casa.

Se quita los zapatos, y anda por la playa llevándolos en la mano. Al rato se detiene, mira hacia el mar y se sienta en la arena.

Sabe lo que quiere, sabe quién es, sabe que tiene amigos que la quiere, pero sin embargo no pude dejar de sentirse sola. Y no termina de entender porqué.

Sabe que le falta algo en la vida. Sabe que le falta esa cosita para sentir q no es del todo horrible, que le falta esa cosita que le haga sentir aunque solo sea por un momento especial, esa cosita que le haga sentir que puede ser algo mas que una buena amiga.

Si, si ha estado con algún que otro chico. Pero con ninguno de ellos consiguió sentirse especial. Ninguno de ellos le gustaba en realidad. Simplemente estaba con ellos porque... porque... porque si. Aunque no le gustaban era una mujer, tenía sus necesidades, deseaba estar con alguien, intentar empezar a sentir algo, darles, darse una oportunidad.

Solo quería encontrar a alguien que cuando lo tuviera delante suya, los minutos pudieran pasar sin nisiquiera inmutarse. Sólo quería sentir algo que le llenase. Sólo eso. Solo un día. Solo un rato. Solo quería saber cómo era, qué se sentia. Solo ansiaba tener lo que todo el mundo tenía... menos ella.

Absorta en estos y otros pensamiento se quedó mirando las estrellas. La osa mayor, la osa menor, el carro...

Le encantaba. Le encantaba estar de noche, bajo las estrellas, a la orilla del mar, escuchando el romper de las olas en la orilla. La tranquilidad del silencio nocturno, la noche.

Un gran suspiro...

Bueno, se acabó, no se iba a compadecer de si misma. Ella era como era, y algún día le tendría que gustar a alguien, si no, pues bueno, no pasa nada. Tiempo al tiento, todo llega. O esperemos que llegue claro.

Así que Marta decide seguir su camino a casa.

Andando, se encuentra con una cafetería. De ambiente vintage, con unos sofas aparentemente muy cómodos, una musica relajante,... Así que decide entrar, no sin antes ponerse los zapatos claro.

La cafetería estaba a una temperatura muy agradable. Marta se pide un cafe, se sienta en una mesa retirada y empieza a leer un libro (menos mal que siempre lleva uno en el bolso)

Se siente muy bien y muy agusto con sigo misma. Mientras está leyendo se percata de que parece que hay alguien parado junto a ella, mirándola. No sabe si mirar o no. Está tan agusto... No quiere que le molesten, no sabe si quiera si estan parado ahí por ella. Pero finalmente decide levantar la vista.

¡Es Javi!

    - Hola!
    - Hola...
-Yo te conozco, ¿verdad? Esque te he vsito ahí sentada, con tu libro y tengo la sensación de que te conozco de algo, pero no se muy bien de qué.

Ver para creer, piensa Marta. ¡Y encima es hasta de verdad!

- Si bueno, hemos estado juntos en clase.
-¡Ah! ¿Tu también estudias periodismo?

Y diciendo esto se sienta al lado suya. Marta no puede dar crédito a lo que está sucediendo. Sin pretenderlo y ahí está. Bueno, ahí están...

-No... no estudio periodismo. Estudio Arquitectura Técnica...
-¡Ah! ¿Pero no decías que habíamos estado juntos en clase?
-Si, pero del ibre configuración...
-¡Ah! ¡Ya me acuerdo de ti! Tu eres la chica de los buenos apuntes.
-Supongo...
-Pues anda que no has cambiado nada...
-¿Gracias?
-Por cierto que me viene muy bien dar contigo. Justo hace unos días le dije a un chaval que tu tenías muy buenos apuntes y que te los pidiera. A ver si el te conocía, porque yo no tenía ni diea. Y la verdad es que no me vendrían mal los apuntes, ¿me los dejas?

La verdad esque Marta no sabía si aquello en realidad iba bien o mal...

-Eh... Bueno no se, como quieras...
-Si no quieres no, ¿eh? Pero me vendrían tan bien... Además, tu ya has aprobado, ¿verdad?
-Si...
-¿Entonces? ¿Me los dejas?
-Vale... Pero, ¿cómo te los doy?
-Pues... ¿Qué te parece si quedamos mañana, te intivo a cenar y así matamos dos pájaros de un tiro?

Esto último lo dice quitándole un mechón de la cara y sonriéndole con mucha pircardía. ¡Qué sonrisa! Marta no se lo podía creer. ¿Estaba intentando ligar con ella? ¿O esque sólo quería sus apuntes?
De alguna forma u otra tendría que averiguarlo.

-De acuerdo... ¿Dónde y a qué hora?
-¿Te recojo a eso de las 9 y media de la noche?
-Vale, ¿dónde?
-¿En tu casa?
-Vale...

¿En mi casa? ¡¿En-mi-ca-sa?!
Madre mía. ¡Madre mía!
Tan solo pensarlo y ya se estaba retorciendo de los nervios.
¡Pero era el! ¡Era Javi! ¡Invitándola a cenar!
Asi que Marta coje un trozo de papel, le aupnta su dirección y se lo entrega a Javi.

-Allí te estaré esperando.
-Eso espero.

Y diciéndole este con una gran sonrisa, Javi se levanta, le da un meso en la mejilla, y se va...

Marta no consigue salir de su asombro.

Pero si, es la pura realidad.

Esta vez no hay sueños, no hay imaginación, no hay nada. Es la realidad. ¡La realidad!

¡Mañana tenía una cita! Bueno, no sabía si era una cita de verdad  o no, pero al menos ella pensaría que lo era.

De pronto Marta mria a su alrededor. Ahora se siente ridícula allí sentada sola con su libro. Además, que aquella noche había sido suficiente para ella. Así que decide regresar a casa y acostarse en su querida cama mientras sueña, como no, en cómo será su cita la noche siguiente con Javi...

Si, tendría una cita con Javi...

Una cita con Javi...

Con Javi...

Javi...

Y con estos últimos pensamientos se queda dormida.


 

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