Hola lector!

Una sonrisa tuya es un libro que llevo algún tiempo escribiendo, y me pareció una buena idea compartirlo para con quisiera pasar un buen rato leyéndolo.
Es una comedia romántica de la que actualmente tengo 19 capítulos escritos y que va increscendo.

Si estas leyendo esto, esque ya diste un paso entrando en mi blog y por ello te doy las gracias. Así como animarte a seguir leyendo.

Espero que disfruteis tanto leyendo como yo lo hago pensando y escribiendo la historia de Marta.

Se agradecen los comentarios!! y recomendaciones para seguir escribiendo jeje

28 de octubre de 2011

Capítulo 13

Pero, ¿cómo había podido olvidarse de su cita? ¡Su cita!
¡Tenía una cita con Javi! Su compañero de clase. EL chico que tan solo la noche anterior la había pedido salir. Salir hoy. ¡Ya! El chico por y para el que llevaba toda la mañana arreglándose. Si. Javi, ese mismo chico.

¡Las cinco y media! Y en tan solo tres horas y medias Javi pasaría a recogerla. La recogería en su puerta, en su coche, ¿podría ser todo más perfecto?
Pero eran las cinco y media y aún no ha comido nada. No se ha peinado, pintado ni vestido. ¡No le va a dar tiempo!

A ciencia cierta jamás había tardado tanto tiempo en arreglarse. Jamás de los jamases. De hecho, normalmente, no le ocupaba más de una hora. Siepre había estado orgullosa de esa característica suya. Pero llevaba tanto tiempo sin tener una cita... que estaba un tanto demasiado descuidada.
Además, no todos los días se tenía una cita. ¡Y mucho menos una cita con Javi!

Así que tenía que tomar una decisión: ¿qué hacer primero? Tras un segundo se decidió: comer.
Estaba muerta de hambre. Así que volvió a calentar la comida. Y no esque comiera. No. Esque engullió la comida. Ni que no hubiera comido en días, pero tenía reponer fuerzas...
Al priori pensó en ni siquiera lavar los platos. Pero pensó. Y si... ¿y si la noche iba bien... y acababan en su casa?

¡Mierda! ¡No había pensado en eso! Otra cosa mas para la lista: recoger. Bueno, hará eso a continuación.
Por una vez quizás sea util es de las películas. Eso de esconder las cosas y la suciedad debajo de la alfombra, debajo de los cojines del sofá, de los muebles...
Aunque para ella eso era demasiado. Marta se conforma con guardar las csoas dentro de los cajones, los muebles, ... hasta tal punto que como abriese mas de la cuenta una puerta de algún armario o mueblecito simplemente se le caería todo encima. Porque estaba puesto de mirame y no me toques.

Tras poner las cosas mas o menos en condiciones (a simple vista claro) vuelve a meterse de nuevo en el cuarto de baño.

Lo de controlar su pelo se le vuelve algo horrible. Normalente no suele tener demasiados problemas con el. No al menos más de los normales. Pero hoy... Hoy no conseguía ponerlos a su gusto. Cuanto mejor quieres que te salgan las cosas, peor acaban saliendo. Marta espera que su cita no siga esa tónica, y eso que aún no tiene ni idea de los acontecimientos a proceder.

Al final desiste. Se hace un recogido medio extraño que no le convence en demasía. Pero bueno, esta gracioso y original al menos.

Luego pasa al maquillaje. Un poquito de sombra por aquí, otro por acá. Otro poquillo otra vez por aquí... Otra vez por acá para igualar... Se pasa de la raya. Vuelta a empezar.
Como no sabe muy bien qué ropa se va a poner se pinta los ojos de un color estándar con toques en negro (porque lo que se ponga lo va a tener que combinar con ese color, ya que son el color de los únicos zapatos de tacón que tiene)
Cuando termine de vestirse, ya le dará un retoque de color. ¿O no?

Y ahora toca la mas ardua, dificil y complicada tarea de todas: elegir la ropa.

Los zapatos ya los tiene pero... ¿qué más? ¿Falda, vestido o pantalón?

 Tras una hora de probarse prendas aún no ha decidido nada.
Además, ¿qué estilo lleva? Porque si va muy arreglada va a dar la impresión de que espera mucho de esa cita, de que esta loca por el y que está un poco desesperada ya de paso. Pero si se arregla muy poco va a dar la impresión de que no le importa la cita y pasa del tema. Y eso tampoco es!

Además, tampoco quiere ir desentonando con el. Porque si el va muy arreglado y ella nada queda feo. Pero si el no va arregaldo nada y ella mucho, también queda muy feo.

Lo mejor sería saber de ante mano qué va a llevar el puesto. Pero como no lo llame es un tanto imposible saberlo. Y claro esta que no lo va a llamar... con sus amigas puede hacer eso. De hecho es una herramienta muy recurrente. Para ir todas mas o menos del mismo estilito sin ir iguales, que eso también esta muy feo. Pero claro, a Javi no lo va a llamar para preguntarle cómo va. Anda que iba a quedar bien. Además, ahora que acaba de caer, no tiene siquiera su número de teléfono...

Otra cosa importante que debería saber es dónde van a ir. Porque no es lo mismo ir a un sitio con arena como la playa donde los tacones se clavan, que ir a un restaurante super elegante en donde ir en chanclas o zapatillas quedaría estrepitosamente mal.

Cuando le da por mirar el reloj son ya las nueve menos cuarto. ¡Y aún no se ha vestido!

Al final, tras tanta deliveración y prisa, decide ponerse algo intermedio. vaqueros pegaditos, camisa, rebeca y tacones. Entre pinto y valdemoro como diría su abuela.

A las nueve menos dos minutos sale pitando escaleras abajo. Y cuando está a punto de alcanzar la puerta de la calle... ¡Mierda! ¡Los apuntes!

Cuando por fin se sitúa en la calle, en el sitio acordado, son las nueve y un minutos. Tiene los apuntes en la mano y está jadeante de lo que ha corrido escaleras arriba y abjo. ¡Y con tacones!

Espera que Javi no sea más puntual que ella. ¿Y si hubiera llegado antes y al no verla se hubiera ido? Pero no, no podía ser, no por un minuto.

Así que prefiere seguir pensando que eso no ha pasado y empieza a esperar...

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