Hola lector!

Una sonrisa tuya es un libro que llevo algún tiempo escribiendo, y me pareció una buena idea compartirlo para con quisiera pasar un buen rato leyéndolo.
Es una comedia romántica de la que actualmente tengo 19 capítulos escritos y que va increscendo.

Si estas leyendo esto, esque ya diste un paso entrando en mi blog y por ello te doy las gracias. Así como animarte a seguir leyendo.

Espero que disfruteis tanto leyendo como yo lo hago pensando y escribiendo la historia de Marta.

Se agradecen los comentarios!! y recomendaciones para seguir escribiendo jeje

18 de octubre de 2011

Capítulo 11

Ocho de la mañana.

Marta está cansada de dar vueltas en la cama. No puede dormir más. Está nerviosa, muy nerviosa. Esta noche tendrá una cita con Javi. Su compañero de clase. Ese chico guapo, encantador y con una sonrisa de infarto.
Ese chico que la noche anterior la había invitado a salir. Que le había apartado un mechón de pelo de la cara mientras le sonreía. Wue le había dado u beso en la mejilla. Esa mejilla. Esa mejilla que marta no había dejado de tocar desde la noche anterior.

Y Marta no puede dormir más. ¿Porqué? Porque tiene que buscar los apuntes, porque está nerviosa por la cena y porque no sabe qué ponerse.
Se tiene que depilar, duchar, peinar, pintar y vestirse.
Y no quiere llegar tarde. No puede llegar tarde. Porque quiere demostrar que es un bulo eso deque las chicas siempre llegan tarde. Wue son unas tardonas y que siempre hacen esperar.

-Yo voy a demostrar que éso no es verdad. Que se puede ser una chica, ir muy guapa y llegar a tiempo

Así que se levanta decidida y se pone a buscar los apuntes para Javi. Lo primero es lo primero.

Tras treinta minutos de agonizante amargura por fin los encuentra.  ¿Qué hubiera pasado si no los hubiera encontrado?

Se imaginaba a ella esperando en la acera de la calla. A Javi llegando y preguntándole

-¿Y mis apuntes?
-No los encuentro
-¿Que no los encuentras? ¿Que-no-los-en-cu-en-tras? Pos ahí te quedas.

Entonces el ser iría quemando rueda y pasando por encima de un charco que haría que Marta se empapara de los pies a la cabeza.

No. No. Eso no iba a pasar. Porque al final había conseguido encontrarlos y estaban en perfectas condiciones. Por suerte para ella.

Una vez consigue estar tranquila con respecto a ese tema decide desayunar tranquilamente sobre el sofá y viendo la tele. Daba igual lo que estuvieran echando. Ella tenía otras cosas en la cabeza.

Mas tarde decide empezar su sesión de belleza. Tiene que estar espectacular para esa noche.

Primero el turno de la tortura chica. Se depila cejas, bigote, axilas, piernas e incluso las ingles. Cuadno termina parece un completo y absurdo payaso ya que todo lo que se ha depilado esta hinchado y colorado a no poder mas.

En un intento desesperado de que baje la hinchazón se da una ducha. En principio su intención era darse un baño para relajarse más aún. Con sales de baño, pompitas y esas cosas, pero ha perdido demasiado tiempo intentando una depilación perfecta, aunque al final cree que no ha conseguido del todo igualar las dos cejas...

Tras la ducha se pone una mascarilla en la cabeza y se envadurna el cuerpo de crema olor a fresa. Otra cosa no sabe, pero oler va a oler bien desde lejos.

Mientras espera que la mascarilla le haga efecto se pone la bata de estar por casa y va a almorzar algo.

No entiende cómo pueden ser las dos de la tarde. Es imposible que se tan tarde. No ha tardado tanto... ¿o si?

Por tal de no prepararse algo de comer decide comer de sobras. Recalienta un fileta y coge un bol de ensalada de pasta. Eso le pasa porque siempre le sobra comida cuando la hace, porque no controla muy bien eso de las cantidades de comida. Aunque al final, en momento como aquellos, se alegra no tener medida a la hora de hacer de comer.

Cuando lo tiene todo preparado y al fin va a hincarle el diente a la comida (porque parece mentira pero la sesión de belleza le ha dado mucha hambre) llaman a la puerta.

Marta va de mala gana, abre la puerta y no puede dar crédito a lo que ven sus ojos. ¡Es Pablo! ¡El chico de la parada!

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